HOY

    Día extraño es la segunda vez que escribo, pero lo necesito.

    Hoy se amontonan en la cabeza cosas que no puedo organizar, se mezclan en la mente recuerdos, sentimientos, reproches, quejas, dudas y sonrisas. 

    Pienso en ti hace un mes y me despierta tristeza por lo perdido, rencor por lo hecho pero una sonrisa traviesa que me dice Mar déjalo es lo mejor.

    También pienso en un par que sueltan reproches y consejos pero sé que realmente ninguno de los dos piensa más que en si mismos.

    Alguien me pregunto por una mujer que tengo cerca, cosa que me hizo pensar en las dos que tengo ahora, una que aún no está formada pero que es guerrera y fría y otra que ya empieza a apagarse pero que jamás pensó en mí más que en algo que mostrar a los demás como si fuese un muñeco.

    Eso me llevo a recordar a los que sí me quieren un par que me conocen bien y no me juzgan.

  ¿Sabéis? cada vez me gusta menos acercarme a la gente, suelo decepcionarme de la falta de preocupación por el mundo o el exceso de la misma que les tapa los ojos a lo más cotidiano y humano.

    Me importa el mundo sus problemas y como resolverlos o afrontarlos pero eso no me impide sentir curiosidad por miles de cosas, no soporto la gente lineal que solo sigue un camino y no explora.

    Por suerte anda cerca de mí un ser distinto, es como un laberinto de persona, lleno de callejones sin salida en los que es un placer perderse. Cada uno distinto de otro, unos intensos, unos buenos, otros no tanto, pero siempre interesantes y llenos de vida, alguien que hace que andar por ellos sea agradable y no te hace pensar en encontrar el camino hacía el final de recorrido.

    Es bonito encontrar a una persona que se muestra y a quien mostrarse, una persona que te hace sentir bien, que te hace pensar, que te empuja a abismos sin saberlo pero que no deja que te caigas por ellos. Saca partes de mí que no suelo mostrar pero que me enseña que no sólo yo tengo. Comparto partes de sensibilidad entendida a nuestro modo, compartimos momentos en que cada uno piensa en lo suyo pero sin dejar de escuchar al otro. No sé cómo expresarlo pero es alguien que compensa tener cerca. No todos son capaces de reírse cuando están tristes ni de reírse de esas lágrimas y consigue que lo haga.

    Ese camino por el que paseamos y que jamás es recto me hace sentir bien, me ayuda a centrarme y que no me asuste enfrentarme a mis miedos.

    Hoy me he enfrentado a varios, a un recuerdo bastante feo y que me hubiese gustado que fuese de otra forma, a recuerdos de una infancia feliz pero con carencias, a una adolescencia de lo más difícil que tengo cerca, a una maleta que está llena no tanto de ropa como de intenciones y que creo que es momento de deshacerla.

    Pero esa persona ha estado ahí juntos hemos andado un poco por mi vida y un poco por la suya. No es lo que la mayoría estáis pensando no es ni mi pareja ni nadie que tenga que ver con una relación amorosa, es mucho más que eso es un amigo.

    Cada vez me siento más lejos del amor y más cerca de compartir momentos con gente que merece ser escuchada y que te escucha.

    Hace un mes se rompió de nuevo la ilusión de enamorarse y creo que es algo que nunca compensa suficiente, sé que no puedo controlar que eso ocurra de nuevo, si así fuese no cometería tantos errores como he cometido, pero ahora mismo prefiero no volver a eso me apetece conocerme, creo que he cambiado mucho y hay partes de mí que me sorprenden y debo explorar.

    Me gusta que esa persona forme parte de eso ya que despierta en mí confianza en mi persona que me falta o que pensé que me faltaba, es curioso como tantas veces somos más fuertes de lo que pensamos y muchas otras mucho más sensibles de lo que creemos.

    Se acaba el día y siento bastante más paz que hace horas, me apetece escribir aunque no tenga mucho que contar pero sentarme ante la pantalla y dejar que mis dedos cuenten a través de las teclas es algo que me hace sentir bien, así que aquí os dejo hoy estas letras.