miércoles, 26 de septiembre de 2012

HOY RECUPERÉ MI PASADO



   
     Hoy me daba pereza escribir, estoy muy cansada llevo dos días despierta, tan solo he dormido dos horas desde el martes por la mañana, pero mis compañeros de piso me han hecho tener unas horas de diversión y eso me ha despejado.


    Primero quería dar las gracias a la gente que se manifestó ayer día 26 S, esa sí fue una protesta de verdad, quizás eran menos que el día clave, pero mostraron por fin esa valentía que debemos tener. El hecho de que fuese en protesta por las agresiones al pueblo es algo que llena a cualquiera. Sus gritos pidiendo reformas, la libertad de los detenidos el día anterior, su muestra de valor al cortar la calle y hacer retroceder a la policía, está vez sí juntos sin miedo, sin violencia pero con ganas, ver como no caían en la provocación de los infiltrados, como eran ellos los que mantenían lejos a los alborotadores, ese es el pueblo que quiero. Al final ya tarde hubo cargas como es habitual, pero supieron aguantar hasta tarde sin huir ante los primeros conatos de violencia por parte de los perros asesinos que deberían protegernos.


    Dicho esto os hablaré de por qué necesito escribir esta mañana, ayer me vinieron a la memoria, a causa de un hastag, recuerdos del invierno y el frío, eso perturbo mucho mi mente, por momentos pude sentir mi pasado más bello y mirarlo a los ojos sin lágrimas en los míos. La montaña el mar y el frio son muy importantes en mi vida, sobretodo en la parte central de ella, el tiempo en  qué decides por ti mismo y creces como mujer y persona. 


   Recordé sonidos que amo, el crujir de la hierba helada, colores con los que siempre he disfrutado, la nieve en la noche, el color del cielo cuando esta cae de día, el sonido y  olor del mar enfurecido, el frío de la arena de la playa en invierno. Todo eso siempre fue compartido la mayoría de veces con alguien que amaba lo mismo, horas de estar juntos en un rompeolas sin hablar tan sólo abrazados y mirando el mar, solíamos hacer eso si nos quedábamos en la cuidad y hacía mal tiempo. Pero la mayoría de fines de semana los pasábamos en la montaña en lugar frío y olvidado del mundo, al principio una casa dónde el único lugar cálido era una chimenea inmensa de esas en las que te puedes sentar dentro junto al fuego si quieres, allí puedes sentir el calor, los colores del fuego el crepitar de la leña que arde  y compartir abrazos y besos con esa música que siempre suena de fondo en mi vida. Más tarde cambiamos el sitio y el fuego por algo un poco más civilizado debido a los niños, mi hijo mayor nació prematuro y al poco tiempo se puso muy enfermo y casi lo  pierdo con tan sólo tres meses de vida, le quedó un asma crónica y necesitaba cuidados médicos, no podíamos correr el riesgo de estar tantas horas lejos de un hospital. Pero encontramos el lugar perfecto la Fageda d’en Jordà, muy cerca de Olot, allí en otoño el paisaje es un sueño, pero lo nuestro era el frío, paseos sobre ese bosque crujiente y helado a tus pies, la nieve tan blanca y hermosa que cae a menudo , cuando mis hijos ya eran un poco mayores, tengo una niña diez meses y medio menor que el niño, nos gustaba pasear los cuatro juntos con los perros por él, los niños corrían delante y nosotros como siempre abrazados él tras de mi rodeándome con sus brazos los mirábamos felices y respirábamos ese aire fío que nos unía y  rozaba.


    Hacía años que no podía recordar todo esto sin sentir un dolor tan profundo que llevaba  mi mente a esconderlo de nuevo en lo más oscuro de mi. Pero de pronto hoy todo ha vuelto como un recuerdo precioso de algo vivido, no niego que siento una gran melancolía pero ya no dolor y tristeza, casi puedo pensar en ello con el mismo amor que recuerdo las horas de tormenta y lluvia que pase tras el cristal, con la nariz pegada al mismo, de pequeña en una casa con un gran jardín al cual salía corriendo tras llover a buscar caracoles y disfrutar los charcos el barro y los olores a tierra y hierba mojada.


     El que estos recuerdos se equiparen significa que ya puedo unificar el pasado sin tanto dolor para mí. No perdono su afrenta ni su desidia por los niños, pero mis recuerdos son ahora míos al fin, no los relaciono con quien es si no con quien fue para nosotros, es como un sonido o aroma más de los que tienes guardados pero no una persona real.


   Más tarde me llego un mail suyo por temas de un juicio pendiente y vi que realmente ya no le amaba, durante años le ame primero a él y más tarde a su recuerdo, pero ahora todo eso se ha ido, me ha hecho sentir un poco extraña un poco más sola tal vez,  hasta ese momento compartía mi vida con eso, pero ahora veo que en realidad no es tan importante ya que nuestro amor por las cosas conjuntas era común pero el que se siente  por los pequeños detalles, esos que son los que en realidad te llenan, es sólo mio no forma parte de él si no de mi misma, cosa que no he querido ver durante mucho tiempo, así que un poco más sola pero mucho más fuerte intento vivir mi presente un poco más feliz desde luego. Este presente está lleno de gente que seguro que no estará junto a mi con el paso del tiempo, nada tiene la duración que nos gustaría, ni nadie se entrega ti tanto como dice o insinúa ni quiere compartir su futuro contigo, o de momento ese alguien no llega, pero sé que me tengo y que tengo a mis hijos y tengo por fin mi pasado completo y eso me hace sentir más segura.

2 comentarios:

  1. UNA ENTRADA QUE ME PONE LA PIEL DE GALLINA, ERES UN GRAN ESCRITORA, ES LO MEJOR QUE HE LEIDO DESDE HACE TIEMPO, GRACIAS MAR POR DESNUDARTE, QUIERETE MAS Y NO ESTE MELANCOLICA BESOS

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  2. Cada persona ha de pasar su duelo. A veces, existen mecanismos, cmo la magdalena de Proust que producen una catarsis en la mente y se libera un caudal de recuerdos y sentimientos que creiamos adormecidos u olvidados. Gracias a lo que te haya producido esa catarsis porque eres oro puro, me encanta leer tus entradas. Gracias Mar por stos buenos moementos

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